El pasado 17 de septiembre, más de 660 años después hemos tenido la oportunidad de conocer muchos detalles de aquel eclipse de sol que oscureció el día en la «hora prima» y que alguién que vivió aquel acontecimiento quiso que lo conociéramos. En aquel tiempo esa persona talló en la piedra una inscripción que decía «Anno domini M CCC : L : IIII XVII die septembris : hora prima obscura uit sol»
Una serie de casualidades (Julio Torres y Loli Ibañe hicieron que de aquel descubrimiento se interesaran dos astrónomos, Mª José Martinez Usó y Francisco Marco Castillo, de la universidad de Valencia, a quienes les sirvió para desarrollar un estudio que ha permitido estudiar con más exactitud la rotación de la tierra y del que se hicieron eco en la prestigiosa revista.
De esta forma una anécdota histórica se ha transformado en un aporte científico.
Pero esta piedra tiene una dimensión especial es que es una de las tres únicas inscripciones en el mundo que hecen referencia a un eclípse documentado. Las otras dos se encuentran en Italia y Soria aunque la de Sos se puede leer toda la información, cosa que no sucede con las otras dos en que no está descrito de forma completa.