Hoy seis de agosto, se cumplen 33 años del comienzo del rodaje de La vaquilla, una de las obras maestras del cine español dirigida por Luis Gª Berlanga.
En ella intervinieron casi setecientos extras de Sos del rey católico y de la comarca, un elenco de actores de primerísimo nivel y la película más cara rodada hasta entonces.
Para la villa de Sos la es uno de los acontecimientos más importantes que han ocurrido en estos últimos años y por ello se le hizo un gran homenaje por los 25 años del estreno.
Pero no todo ha sido felicidad, también surgió la polémica cuando se tomó la decisión por el consistorio, en otro momento de la historia, de retirar las sillas y la estatua de Berlanga, que el autor quiso colocar en los lugares donde se realizaron escenas de la película como un homenaje a todos los intervinientes y colocarlas en círculo a la entrada del pueblo.
Todo finalizó con otro acto al que acudieron el autor Jose Luis Fernandez y uno de los actores protagonistas de La vaquilla José Luis Sacristán en el que se volvieron a colocar en su lugar original pudiendo crearse así la “ruta de La vaquilla” que puede realizarse en este momento y el Juego de Pistas que hemos desarrollado desde la Casa del Infanzón para que nuestros visitantes puedan ver la villa desde otra perspectiva.
Hace unos meses también se inauguró un espacio museístico en el Palacio de Sada donde se pueden ver audiovisuales y fotografías que cuentan la historia del rodaje de la película.
La importancia de este rodaje es indudable y la valoración que se tiene en la prensa especializada incuestionable. Pero también otras publicaciones como Vanity Fair se han hecho eco de lo que ocurriera en esta localidad hace 33 años.
Vanity Fair publicó el 18 de abril de 2011 con motivo del 25 aniversario del estreno de la película, en un extenso artículo.
SOS era una Fiesta
El equipo convertido en gran tropa tomó literalmente la localidad de SOS del Rey Católico, antiguamente conocida por ser cuna de Fernando de Aragón y reconvertida en escenario de un frente estabilizado de la batalla del Ebro, donde los contendientes intercambian papel de fumar por tabaco y algunos soldados aspiran a cambiar de bando para visitar a la parentela al otro lado. En las trincheras republicanas hay escasez y hambre, mientras en el sector nacional se presume de abundancia y se anuncian unas fiestas con paella, baile, fuegos de artificio y capea incluida. Entre las fuerzas leales surge una idea luminosa: dar un golpe de mano y robar la vaquilla matando dos pájaros de un tiro. Fastidiarle la fiesta al enemigo y de paso conseguir carne para el rancho y elevar la moral de la tropa. La misión se encarga a un desastroso comando formado por un teniente poco marcial, antiguo barbero (Sacristán), un sargento chusquero (Landa), un mozo del pueblo cuya novia se ha liado con un alferez franquista (Montesinos), un torerillo de cuarta (Ramos) y un ex cura como intérprete de modos del nacionalcatolicismo (Velat). La peripecia esperpéntica conducirá a un triste final donde sólo hay vencidos.
Para nosotros es sin duda un orgullo haber contribuido a que Sos del rey Católico sea un pueblo de cine y haya sido escenario de otras muchas producciones como el reciente rodaje de La Catedral del Mar
o La vida de Ignacio de Loyola producción filipina rodada hace tan solo dos años.